21 de marzo

Hoy hace justo año de la transferencia de mi pequeña y su hermanito . Ya un año y tengo que coger aire para intentar no emocionarme en exceso.
Ese día era sábado, mi hermana y mi madre se iban de regreso a España, me habían estado acompañando toda la semana anterior al hospital, con las ecos, análisis, viajecitos en metro para arriba y para abajo...preparándolo todo para el gran momento. Habíamos dado largos paseos, preparado cenas, reído, cantado...disfrutado como nunca, cargándome de buenas energías para afrontar la temida beta espera, creo que era la onceava beta espera que me enfrentaba... Y esa mañana en la despedida nos fundimos en un emotivo abrazo de felicidad, aunque era una despedida...era una despedida especial...quizás el comienzo de algo.

Y vaya si lo fue.

El 21 de marzo fue el comienzo de los mejores meses de mi vida, el comienzo de una nueva etapa , de cicatrizar heridas, recomponerme por dentro, de perdonar y perdonarme.

Esa mañana me llamaron para darme la hora a la que tenía que estar en la clínica y decirme si habían descongelado bien mis pequeñines... Todo fueron buenas noticias...me pusieron a mis dos campeones y sin ser plenamente consciente comencé ya sí que por fin a vivir lo que tantos años deseaba.

Esa beta espera  la recuerdo muy feliz, me sentí embarazada desde el primer momento, fue unos días de muchas emociones ...

Y cierro los ojos y todos esos sentimientos; miedo, ilusión, emoción, positivismo, esperanza...todo esos sentimientos puedo sentirlos dentro de mí y me entra el anhelo, la nostalgia de volver a vivirlo , de estar embarazada, pero con miedo a no volver a conseguirlo.

Me siento feliz y triste, feliz por lo que tengo ahora y triste porque el sentimiento de volver a ser madre es tan fuerte que me presiona de nuevo el pecho, a pesar de tener un bebé conmigo... No me puedo quejar pero me pregunto si alguna vez veré saciado este vacío que me dejó la infertilidad.

21 de marzo, el día que todo comenzó ...