Mi consuelo.

Esta entrada siempre la he tenido presente desde que empecé a escribir el blog y creo que hoy ha llegado el momento por las fechas en las que estamos... es decir en la Semana Santa de plasmarlo aquí.

No quisiera aburrir a nadie, y ni me creo con la verdad y aunque sea católica yo no soy nadie para juzgar a otros que no tengan mis ideologías. La verdad está en el corazón de cada uno porque es ahí donde reside Dios ( para quien crea) y solo quiero contar a mis futuros hijos cómo pude sobrellevar los momentos tan duros.

Esos momentos donde no existe consuelo, donde no existen esos brazos de una madre que te abraza y te quita el dolor... ese llanto que no cesa, esa angustia que te ahoga, ese dolor al que no ves fin... Y fue en uno de esos días de dolor cuando me empecé a hacer preguntas,  de esas preguntas que no  tienen respuestas ¿ Por qué tengo que sufrir asi? ¿Por qué me ha tocado ser de esas personas que no pueden tener hijos? ¿Por qué hay gente que no tiene ningún problema y otras si? ¿Por qué algunas hasta tienen el privilegio de decidir cuando quieren o no quieren tener hijos y les funciona? ¿ Hasta cuando este dolor? ¿Por qué Dios, si por mas que te pido, si por más fe que pongo parece que no me escuchas? Entonces me enfadaba con Él, dudaba de ÉL, no entendía como podía hacer sufrir tanto a alguien  que con fe le pedía que me dejara tener un hijo, por qué no me escuchaba? ¿Por qué me sentía abandonada por Él? y fue ahí cuando me di cuenta, cuando algo en mi interior me hablaba. Esa voz me decía que era normal sentirme asi, enfadada, sin entender, lo primero porque mi cabeza no puede llegar a entender todo, no soy tan inteligente, lo segundo que es normal dudar, enfadarme , sentirme abandonada porque incluso Jesús, su hijo, se sintió asi cuando en la cruz dijo ... : "Dios mio Dios mio por qué me has abandonado" y si El, siendo Dios, siendo hijo de Dios no entendía que pasaba, se sentía abandonado... a ver por qué narices yo, que no soy mas que una simple personita iba a comprender las cosas o no iba a dudar de Dios. 

Asi que descubrir esto, que parece muy sencillo a mi me dio paz. Pero no fue solo el sentir el significado de estas palabras si no lo que realmente me daba paz era acompañar a Jesús en ese sufrimiento porque le entendía, entendía parte de su dolor y Él el mio, los dos sufriamos juntos. Sin entender.

Y fue a partir de entender esto que en los momentos de máximo dolor, cuando no hay ningún tipo de consuelo, cuando nadie te entiende, cuando sientes que nunca vas a parar de llorar... En esa beta negativa, en ese anuncio de embarazo de alguien cercano , en mis momentos de real dolor , cuando me voy a la cama me cojo el crucifijo que tengo en la mesilla que cabe en mi mano, lo aprieto  aunque sienta dolor fisico y me visualizo con Jesús, pero lo hago dibujando en mi cabeza el más minimo detalle. Los dos juntos, casi a oscuras , iluminados con una vela. Me imagino a Él sufriendo, colgado en la cruz y yo a su pie. Le acompaño en su dolor. Entiendo una parte de ese dolor. Nos apoyamos . Compartir el dolor. Nos damos la mano. Lloramos juntos. No me siento sola.Y ahí , solo ahí junto a Él el dolor se vuelve en paz, y a su vez me lleva al sueño y por fin mi dolor se esfuma y descanso por lo menos esa noche, en paz.

Duermo toda la noche cogida de la cruz.

Aun asi, a día de hoy ya intento no pedirle mucho, porque luego cuando las cosas no salen como le pido, me enfado, asi que he hecho un trato... no pedirle para no enfadarme...

Es mi consuelo en mis momentos mas duros... ojalá algun día consiga ponerme en sus manos totalmente y asi dejar de sufrir para siempre.

"Ven Espíritu Santo , y enséñame a esperar. Porque las cosas que deseo no llegan rápidamente, enséñame a esperar. Porque no puedo pretender que los demás cambien de un día para el otro, enséñame a esperar. Porque yo mismo voy cambiando muy lentamente, enséñame a esperar. Porque la vida tiene sus estaciones y todo llega a su tiempo, enséñame a esperar. Para que acepte que no estoy en el cielo sino en la tierra, enséñame a esperar. Para que no le exija a este día lo que no me pueda dar, enséñame a esperar. Para que reconozca que el mundo no puede estar a mi servicio, enséñame a esperar. Ven Espíritu Santo, y enséñame a aceptar que muchas cosas se postergan, para que valore lo que la vida me propone ahora, aunque sea pequeño, aunque parezca poco, ven Espíritu Santo, enséñame a esperar. "